lunes, 22 de marzo de 2010

Ma matador

El diminuto espacio que habia cuando me subi al subte convinado con el atropello de gente que no puede esperar que la gente baje antes de subir no permitió decidir un tema para proseguir con mi blog.
Lo que sí pude pensar era que quería hacer algo que no se pueda atropellar ni con toda la gente junta que va de combinación en combinación por diagonal norte. Es decir, algo inmortal. Pero en el sentido literal de la palabra. No en un sentido heroico, ni en uno que nos remonte a vidas y/o personajes que cambiaron la historia. Dice el diccionario: "Inmortal: llamese a aquello que dura tiempo indefinido". Por lo tanto, para mí inmortal es eso que por más que sea en lo más minímo, modifica nuestra vida. Y ese cambio perdura. 
Nuestras emociones, nuestra escencia es inmortal. Y no necesitamos ni descubrir un nuevo continente, ni ser los reyes del pop. 
Es que claro, lo inmortal va más allá de lo que hagamos. Va más allá de nuestra vida, de la vida. Y va más allá de la muerte.
Y va más allá de la desaparición. Por que nuestra generación desaparecida es inmortal. Como así también lo es el amor de las madres y abuelas de la plaza mayo. Como así también lo es la admiración mia y de muchos otros hacia ellos y hacia ellas, nuestros heroes. 
Como así de inmortal es la bronca, como así de inmortal es la memoria.
La memoria, es inmortal. La memoria personal, colectiva, nacional va más allá de lo que algunos muchos quieran borrar.
Para mí, el NUNCA MAS, es inmortal. Para muchos, es inmortal.

Con los fabulosos cadillacs cantando matador de fondo, y recordando un parte del libro "Amor y anarquía" en la que Soledad Rosas escucha esta misma canción a kilometros de distancia encerrada en una carcel, puedo decir que el pedido de justicia también es inmortal. 
Tan de inmortal como lo es, repito, nuestra memoria.

1 comentario:

  1. esta entrada sera publicada en mi blog y en mi perfil no solo es hermosa sino que me llena de orgullo

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